sábado, 15 de agosto de 2009

Quemar grasas



Según la disciplina e intensidad del ejercicio, sobre todo en el de corta duración, el principal combustible utilizado es el que proveniente de los hidratos de carbono.

En un ejercicio breve e intenso se recurre al sistema anaeróbico lactácido.

A medida que disminuye la intensidad y aumenta la duración del ejercicio, la fuente más importante de combustible está representada por la grasas.


En otros términos, en un ejercicio prolongado se empiezan a utilizar los hidratos de carbono para luego pasar a las grasas, y a veces, en los ejercicios prolongados que tienen esfuerzos máximos finales, vuelven a utilizarse los hidratos de carbono.

Es importante entonces en los entrenamientos para ejercicios de resistencia que la dieta provea la cantidad suficiente de hidratos de carbono para mantener la glucemia en sus límites normales y la reserva de glucógeno en el hígado, que se vuelca a la sangre si el nivel glucemia disminuye, como sucede cuando la glucosa se consume durante el ejercicio.

Lo primero en utilizarse es el glucógeno muscular, sobre cual influye el tipo de ejercicio, ya que depende de la participación de cada músculo en la actividad.

Cuando se agota el glucógeno muscular, sobreviene la fatiga.

También se ve afectado el consumo de glucógeno por la variedad de fibra muscular utilizada. La fibras de contracción rápida (CR) se adaptan mejor al trabajo de gran intensidad y de corta duración, y utilizan sobre todo el sistema del ATP (metabolismo anaeróbico), por lo que son fibras glucolíticas rápidas. En cambio, las fibras de contracción lenta (CL) tienen mayor capacidad aeróbica y se adaptan mejor a los ejercicios de resistencia.

También las grasas pueden actuar como combustibles en ejercicios prolongados.

Estas se consumen en forma de ácidos grasos libres, capaces de producir ATP por el sistema del oxígeno.

Los triglicéridos musculares están formados por glicerol y por ácidos grasos.

Mediante biopsias musculares seriadas, se comprobó que a medida que se prolonga el ejercicio disminuyen las reservas musculares de triglicéridos. Las reservas musculares de glucógeno y de triglicéridos suministran alrededor del 76% del combustible y los ácidos grasos y glucosa aportan el 24% restante.


Sobreentrenamiento



¿Estrés? El estres es el conjunto de cambios que ocurren en el organismo cuando por causas fisiológicas, psicológicas o patológicas se altera su equilibrio homeostático.

La alteración de este equilibrio se producirá por alguna noxa que, actuando por vía nerviosa u hormonal, ocasiona una reacción generalizada. Por vía nerviosa se estimula la secreción de adrenalina, y a través de la hipófisis aumenta la secreción de ACTH (hormona adrenocorticotrófica), que estimula la producción de glucocorticoides suprarrenales, los cuales aumentan la neo glucogénesis, es decir, la concentración de glucógeno hepático y de glucosa en sangre. También se estimula la secreción de mineralocorticoides, que causan retención de sodio y perdida de potasio.

Además se incrementa la secreción de hormona tirotrófica, que estimula a la tiroides e intensifica el metabolismo, fundamentalmente en su fase anabólica.

Una consecuencia del exceso de corticoides es la desaparición de los leucocitos eosinófilos en la sangre, y si este fenómeno persiste, se produce pérdida de peso corporal.
Las investigaciones efectuadas han demostrado que los recuentos de eosinófilos son más bajos en las personas que realizan actividad física que en los sedentarios, lo cual da a entender que el trabajo muscular aumenta la actividad de la corteza suprarrenal, más todavía en los días de competencia, por lo que el factor emotivo es indudablemente causante del estado de estrés.

Si la causa del estrés es duradera, se puede llevar alguna adaptación del individuo a ese estado. Es así como se ha utilizado al trabajo físico para contrarrestar los efectos del estrés emotivo, pues ello deprime el umbral de excitación suprarrenal y se abrevia el tiempo de respuesta al estrés.

Se considera que en el atleta durante una competencia se produce un estimulo condicionado, que comienza a actuar antes de iniciarla y ocasiona un aumento de las actividades corporales, conocido como Fenómeno de la Prelargada. Consiste en taquicardia, aumento de la presión arterial y taquipnea. Estas reacciones son influidas por la edad, puesto de las personas jóvenes presentan reacciones de prelargada más elevada que los adultos, sobre todo en el periodo de maduración sexual.

El estado de estrés durante el período de prelargada y de competencia ocurre entonces por reacciones reflejas condicionadas y por la actividad endocrina hipofisosuprarrenal.

Las actividades leves y espaciadas ocasionan un aumento de la resistencia general organicofuncional frente a situaciones de estrés desfavorables, como las infecciones, el frio, el calor, etc.

En cambio, los entrenamientos rigurosos, con grandes tenciones emocionales, dan paso a la desorganización de ciertas funciones, como el sueño, el apetito y a veces la coordinación muscular.

Si este entrenamiento se intensifica aun mas, se pierde la resistencia inespecífica al estrés y luego surgen trastornos de las funciones vegetativas y de la coordinación neuromuscular, que disminuyen indudablemente el rendimiento; esto se denomina SOBREENTRENAMIENTO.

domingo, 2 de agosto de 2009

Entrada en calor







Mal llamada precalentamiento, pues el prefijo “pre” significa antes de y lo que se está haciendo es actual.

Se cree que la entrada en calor previa a la actividad mejora la actuación, la concentración y la coordinación muscular y evita las lesiones.
En experiencias de laboratorios, se observó que el calentamiento previo a la actividad ocasiona cierta disminución del período de latencia (tiempo entre la excitación y la respuesta), con aumento de la velocidad de contracción y relajación muscular.

Sabemos que normalmente la relajación muscular es tres a cuatro veces más lenta que la contracción. También se comprobó en laboratorios que las primeras estimulaciones no producen una contracción total del músculo, sino que se necesita algún tiempo de estimulación continua para obtenerla; podría ser que el aumento de la temperatura local actúe como un factor determinante de la mejor contracción.
En la práctica la disminución de la temperatura muscular reduce la excitabilidad y la capacidad de trabajo. Además, durante el trabajo muscular tiene lugar un aumento de la temperatura local que provoca vasodilatación y favorece de tal modo el intercambio entre la sangre y los tejidos activos.
En el laboratorio, se comprobó que el calor aumenta la fuerza y la velocidad de contracción del musculo; además sus componentes elásticos (tendones, ligamentos) se vuelven más flexibles.
La entrada en calor puede ser pasiva, activa general y activa práctica.

La primera se realiza a través de agentes externos como baños calientes, calentamiento ambiental, diatermia, rayos infrarrojos, sauna, fuentes de luz, etc.

El calentamiento activo general utiliza la actividad física para elevar la temperatura, y el calentamiento activo práctico es el resultado de la movilización de los músculos que se van a emplear durante la sesiones de entrenamiento o durante las competencias. El calentamiento activo puede ser más eficaz si se efectúa con un tiempo no mayor a los 15 minutos previos a la prueba y durante más de 5 minutos.
Es indudable que, fisiológicamente, una buena entrada en calor determina un aumento de la ventilación pulmonar y, como consecuencia, un franco incremento del volumen minuto respiratorio; lo mismo ocurre con el volumen minuto cardíaco, pues aumenta la frecuencia y el volumen sistólico, hay un mayor flujo sanguíneo en los músculos por vasodilatación de los sitios activos y vasoconstricción en los lugares inactivos, como las vísceras.
Todo esto tiende a lograr una mejoría en los intercambios gaseosos y de nutrientes, que favorecen una mejor combustión y la mayor posibilidad de realizar metabolismo aeróbico, con el consecuente beneficio para el rendimiento muscular.

Los principales beneficios de la entrada en calor es la de evitar calambres, esguinces, distenciones musculares e irregularidades cardíacas.



Numerosas lesiones y ciertos problemas cardíacos como algunas arritmias, están asociados al entrenamiento o actividad intensa sin mediar un adecuado calentamiento.

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