miércoles, 22 de julio de 2009

Cuidado fatiga



Fatiga es imposibilidad física, psíquica u orgánica de continuar con un trabajo con igual ritmo, incapacidad provocada por el mismo trabajo, por su intensidad o por falta de adaptación del sujeto.

Se la debe diferenciar del cansancio, que es subjetivo y lo tiene la persona sin realizar un trabajo previo. Este cansancio, sensación de abulia, de no querer hacer nada, puede sobrevenir aún después de haber descansado o dormido y obedece por lo común a causas psíquicas.
La fatiga puede ser general, de todo el organismo, parcial o localizada en algún sector.

La fatiga general se manifiesta por síntomas variados y
muchas veces obedece al estrés de realizar actividades que no producen satisfacción personal, y por lo que se puede estar disconforme con todo y llegar a la evasión de todo creyendo padecer una enfermedad mental.

Muchas veces la fatiga se va instalando sin que la persona lo advierta y no se percata de que su nivel de trabajo decae paulatinamente.


La causa de esta fatiga general puede ser múltiple, como la falta de aptitudes para la tarea, el trabajo a disgusto por la mala remuneración, inadaptación, excesivo estrés, etc. También puede ser causada por la tarea en sí, cuando se trata de un trabajo peligroso, monótono, tedioso, insalubre, etc.


La actividad física actúa como un sedante de las tareas diarias y rutinarias sobre todo en personas en quienes el trabajo es puramente mental o de gran concentración.


La fatiga general se vuelve crónica cuando el reposo nocturno no alcanza para compensar las energías gastadas. Cuando no se repara totalmente con el reposo la energía empleada durante la actividad, la persona padece
de sensación subjetiva de cansancio, pérdida de interés en su trabajo y en la demás actividades diarias, así como también en su familia, y aumenta el esfuerzo para realizar las tareas comunes, aumenta la irritabilidad, se vuelve emocionalmente inestable, disminuye el peso y el apetito, o todo lo contrario en casos de angustia oral, hay tendencia a suspiro frecuente, se padece temblores, incluso aumenta la ingesta de tóxicos como el tabaco, alcohol o café y en los casos mas graves se recurre a las drogas para evadirse de la realidad.

Otras causas de fatiga crónica son las largas horas de trabajo, la falta de sueño y la preocupaciones y si este estado no se corrige la persona afectada puede llegar a padecer enfermedades de tipo psicosomático, es decir que tienen un origen psíquico y terminan con repercusiones orgánicas, también llamadas enfermedades del estrés, como el infarto de miocardio, la colitis ulcerosa, la úlcera grastroduodenal o enfermedades psíquicas como la néurosis.


Existen casos en las que los efectos de la fatiga seguida de pánico provocan una desorganización psíquica del individuo y trastornos motores, que le impiden realizar movimientos coordinados y exactos.


Síndrome del Esfuerzo


Dentro de la fatiga general, se presenta a veces el denominado Síndrome del Esfuerzo, que se observa en personas con posibilidades físicas normales, pero que se sienten incapacitadas para realizar cualquier tarea que demande cierto esfuerzo físico, por ejemplo, experimentan sensación de disnea, taquicardia, mareos o sudoración intensa frente a actividades leves y normales.


Ocurre por lo general en aquellos a quienes desde la infancia se les inculcó la noción de que eran débiles por haber padecido alguna afección que angustiaba a sus familiares, como el asma bronquial o soplo cardíaco, personas que desde la niñez fueron educadas y rotuladas en esas falencias y siempre con el
temor a las actividades físicas más o menos vigorosas.


Estás personas son perfectamente recuperables con un buen programa de entrenamiento, durante el cual aprecien y descubran sus verdaderas posibilidades y aptitudes físicas.

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