lunes, 22 de junio de 2009

Entrenamiento




El entrenamiento es el proceso en el que se somete al organismo a una serie de excitaciones motrices sistemáticas, controladas con el objeto de obtener una respuesta adaptativa que produzca una mejoría en la capacidad de realizar un trabajo físico.

Cuando las condiciones ambientales lo exigen, el ser humano tiene la capacidad de efectuar modificaciones estructurales y funcionales que lo llevan a realizar lo que se llama Adaptación; esta adaptación también surge durante la actividad física sistemática, la cual provoca adecuaciones a corto y largo plazo.

Quizás el hombre sea el ser más adaptable a las circunstancias en las que le toca vivir, se adapta a temperaturas variables, a condiciones de vida no habituales, a regímenes a los que no está acostumbrado, a distintas formas de vida y de trabajo, y responde adaptándose morfo funcionalmente al medio.

El entrenamiento es un ejemplo de esta adaptación. Es el aumento de la capacidad funcional del individuo, aumento conseguido a través de la repetición de las actividades relacionadas con la que se entrena, logrando una mejora orgánica funcional, mejoría que se logra por la repetición del trabajo muscular.

Esto significa que una persona entrenada obtiene modificaciones orgánicas funcionales en todos los aparatos y sistemas involucrados en ese proceso, las cuales son provocadas por una verdadera adaptación al esfuerzo físico ocasionado por el entrenamiento. Estos fenómenos de adaptación persisten una vez logrados y determinan un aumento de los elementos dadores de energía y su rápida reposición, es decir, aumento del consumo de oxígeno con aumento de su absorción y transporte, lo cual trae aparejado una mejoría del funcionamiento nervioso y de la coordinación neuromuscular.

El organismo humano tiende siempre a equilibrar su Homeostasis, es decir que sus funciones sean siempre normales. El entrenamiento logra que los esfuerzos máximos a que se ve sometido el organismo lo alteren lo menos posible, y que el restablecimiento de la homeostasis sea rápida y sin secuelas.

El trabajo físico es un estímulo para aumentar la respuesta morfo funcional del organismo. Se basa fundamentalmente en un proceso de repetición de cargas progresivas de trabajo, que provocan el estímulo orgánico de adaptación. Esta progresión nunca deber ser brusca, y es diferente de acuerdo a los objetivos trazados, ya que varía según se desee mejorar la fuerza, la destreza, la resistencia, etc.

La intensidad del estímulo tiene diferentes efectos sobre el organismo
  • Los estímulos leves y de baja frecuencia casi nunca alcanzan efectos de desarrollo.
  • Cuando son más intensos ocasionan un aumento en la excitación/respuesta, si aumentan intensidad producen adaptación al trabajo y mejoría en el rendimiento, pero si son muy intensos pueden ser contraproducentes o perjudiciales.

Es indudable que todo proceso de entrenamiento deber ser individual, adaptarse al individuo y a la respuesta que se obtiene. Por lo general, el mejor rendimiento se obtiene simplemente llevando a cabo la actividad para la cual el sujeto se entrena, y no sólo se consiguen cambios en la fuerza muscular y el consumo de oxígeno, sino también cambios estructurales orgánicos y psicológicos.

Al entrenar se expone al organismo a una carga progresiva de trabajo, en lo relativo a intensidad, duración y frecuencia, para producir un efecto mensurable y permanente, es decir, un mejoramiento funcional. Esta intensidad, duración y frecuencia aumentan progresivamente a medida que se obtiene respuesta, la cual es individual y variable con la edad y sexo del individuo.

Cada persona debe tener su propio plan de entrenamiento o rutina

Es un error manejar rutinas universales ya que cada individuo necesita entrenar de acuerdo a sus necesidades y en base a su estado físico actual. Con una rutina de entrenamiento personal se asegura que el individuo cumpla con los procesos de adaptación y que el resultado de este sea positivo para lograr su objetivo.

Las rutinas las debe planificar un entrenador capacitado, de acuerdo a su alumno, teniendo en cuenta muchos factores.

Actualmente, el proceso de entrenamiento humano posee una alta complejidad, y como es imposible que una sola persona pueda realizarlo, se requiere la actuación de todo un equipo de especialistas, cuyas tereas se complementan, integrado por el entrenador, el médico, el psicólogo, el nutricionista, el educador físico, el esteticista y el kinesiólogo, cada uno de ellos con una función definida, pero todos de acuerdo con un plan general.

El proceso de entrenamiento exige un control riguroso, dinámico y periódico ya que los resultados obtenidos van condicionando nuevos ajustes para un mejor rendimiento.

Nunca debe perderse la concepción integral del ser humano ante la actividad física y el deporte, y no se olvidará que éste debe estar al servicio del hombre, de su mejoría global, y no al revés.

Al entrenamiento siempre se lo asocia con el deporte competitivo, y es lógico, pues cuando se compite se trata de lograr el mejor rendimiento. En el deportista, la obtención de mejores rendimientos, gracias al entrenamiento, puede ocasionarle satisfacciones morales, económicas y sociales, pero fundamentalmente le brinda la conformación de un cuerpo sano y fuerte y le asegura una vida larga y productiva.

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