El testículo desempeña una doble función, la de reproducción, puesto que en él se forma el gameto masculino o espermatozoide y la endócrina, que desarrolla y mantiene los caracteres sexuales masculinos secundarios, entre los que pueden citarse la mayor talla, el mayor diámetro biacromial, la piel más gruesa y seborreica, la distribución pilosa, con pelo en el pecho y las extremidades, entradas frontales o calvicie, el bello pubiano extendido hasta el ombligo, la laringe más desarrollada y la voz más gruesa.
Las hormonas testiculares se denominan andrógenos y la principal es la testosterona, que posee funciones sexuales y generales.
Desde el punto de vista general tiene una función metabólica, púes estimula el anabolismo, favorece la retención de nitrógeno y su balance positivo, estimula por lo tanto la síntesis proteica y, como consecuencia, el desarrollo muscular.
Por la acción de estas hormonas puede acelerarse algo el crecimiento antes de la pubertad, con la masculinización precoz del individuo.
Además de aumentar el tamaño y la fuerza muscular, la testosterona aumenta también el comportamiento agresivo y estimula la producción de glóbulos rojos y el almacenamiento del glucógeno muscular.
Se ha visto que en atletas bien entrenados y en levantadores de pesas se encuentra un aumento de la testosterona plasmática, hecho que no se constata en sedentarios, y este aumento puede durar hasta 30 minutos finalizado la actividad física.
Las hormonas testiculares se denominan andrógenos y la principal es la testosterona, que posee funciones sexuales y generales.
Desde el punto de vista general tiene una función metabólica, púes estimula el anabolismo, favorece la retención de nitrógeno y su balance positivo, estimula por lo tanto la síntesis proteica y, como consecuencia, el desarrollo muscular.
Por la acción de estas hormonas puede acelerarse algo el crecimiento antes de la pubertad, con la masculinización precoz del individuo.
Además de aumentar el tamaño y la fuerza muscular, la testosterona aumenta también el comportamiento agresivo y estimula la producción de glóbulos rojos y el almacenamiento del glucógeno muscular.
Se ha visto que en atletas bien entrenados y en levantadores de pesas se encuentra un aumento de la testosterona plasmática, hecho que no se constata en sedentarios, y este aumento puede durar hasta 30 minutos finalizado la actividad física.
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